GNL: el proyecto de YPF y Petronas
La elección de Punta Colorada, en Río Negro, es un paso adelante en la ilusión de poder construir una planta de licuefacción de Gas Natural Licuado en la Argentina. Sin embargo, YPF tiene que precisar las especificación de su proyecto ejecutivo, que podría modificarse si se suma como socio a la terminal flotante de GNL que impulsa PAE junto con la alemana Wintershall Dea y Golar. La petrolera bajo control estatal debe avanzar, además, en otros dos puntos vitales: por un lado, lograr un acuerdo común con el resto de los productores de gas y por el otro, cerrar un contrato de inversión efectiva con Petronas.
La elección de Punta Colorada —una localidad con salida al océano Atlántico ubicada en Río Negro— como puerto de la terminal de licuefacción de Gas Natural Licuado (GNL) que evalúan instalar YPF y Petronas es un paso adelante en la concreción de un proyecto que, en un escenario de máxima, podría implicar inversiones por alrededor de US$ 30.000 millones. Sin embargo, la empresa controlada por el estado argentino y la petrolera malaya deben despejar al menos tres interrogantes centrales que permanecen abiertos antes de poder garantizar la concreción de la iniciativa.
El primero de esos aspectos inconclusos es definir qué características técnicas tendrá el proyecto ejecutivo en el que trabajan ambas compañías. En algunas de las presentaciones públicas que realizó durante el primer semestre, el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, indicó que la planta de licuefacción de gas natural —denominada internamente como “Argentina LNG”— iba a estructurarse en tres etapas para alcanzar una producción total, una vez que esas instancias estén completas, de 30 millones de toneladas métricas (MTPA) de GNL.
Estaba previsto que la primera de esas etapas conllevara la contratación de una barcaza equipada con una pequeña planta flotante de licuefacción, propiedad de Petronas, para producir 1,5 MTPA por año, mediante el procesamiento de unos 6 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) de gas natural, según la exposición que dio Marín en mayo en el Club del Petróleo. Esa terminal flotante entraría en operación en 2027. Sin embargo, ese diseño del proyecto podría cambiar. De hecho, fuentes cercanas a YPF admitieron que el proyecto de licuefacción anunciado en julio por Pan American Energy (PAE) y Golar podría decantar en un replanteo técnico del desarrollo con Petronas.
Terminal flotante
La iniciativa de PAE, a la que se sumaría la empresa alemana Wintershall Dea, que está en pleno proceso de evaluación técnica del proyecto, prevé el consumo de unos 11 MMm3/día de gas natural para producir unas 2 MTPE de GNL por año porque la terminal flotante —que es propiedad de Golar— estaría operativa sólo 8 o 9 meses por año en la temporada estival (es decir, no durante el pico de demanda residencial de invierno), según pudo saber EconoJournal de fuentes privadas.
La obra, que contempla la construcción de un gasoducto de unos 50 Km para conectarse con el sistema de transporte de TGS, más precisamente con el gasoducto San Martín, está diseñada para aprovechar la capacidad remanente de transporte de la red actual de gasoductos de las cuenca Neuquina y Austral, por lo que, inicialmente, no prevé la construcción de un nuevo caño. En una segunda etapa, la iniciativa sí prevé instalar un nuevo gasoducto troncal dedicado desde Vaca Muerta para procesar el doble de gas natural.
Allegados a YPF señalaron que, efectivamente, si la petrolera bajo control estatal se sumase al proyecto de PAE, Wintershall Dea y Golar, eso podría derivar en un rediseño del proyecto con Petronas que estaba pensado en tres etapas: una primera mediante la utilización de una barcaza ya construida de Petronas con capacidad de procesar 1,5 MTPA de GNL y luego mediante la fabricación de otras dos terminales flotantes por 4-5 MTPA cada una.
Una segunda etapa suponía la construcción de una terminal en tierra por 10 MTPA. Y una tercera hacía lo propio por otros 10 MTPA también onshore. En total, el proyecto implicaría la construcción de tres gasoductos dedicados de gas natural. Lo que podría suceder si YPF se embarca finalmente en el proyecto de PAE es que la petrolera que conduce Marín se saltee la primera etapa ‘flotante’ del proyecto con Petronas y directamente apunte a construir dos trenes en tierra de licuefacción. “Es algo que está en estudio”, admitió una fuente cercana a la iniciativa. Pero primero YPF deberá negociar y acordar un diseño ejecutivo con Petronas antes de poder avanzar.
Acuerdo con productores
Un requisito indispensable para que el proyecto avance es que YPF y Petronas firmen un acuerdo de asociación con las principales productoras de gas del país, como PAE, Tecpetrol, Pampa, TotalEnergies, Wintershall Dea, Pluspetrol y CGC, entre otros. Sin embargo, ese entendimiento no se materializó y las conversaciones entre las petroleras aún son exploratorias. No es algo sencillo debido a que la industria petrolera no se caracterizó históricamente por demostrar elevado ‘affectio societatis’ entre sus máximos referentes.
Marín asumió saludablemente el desafío de alinear a los principales actores de la industria detrás de un sólo proyecto de GNL. Si se confirma la incorporación de YPF como socio de la instalación de la terminal flotante que impulsa PAE, eso podría implicar, como contrapartida, que la empresa controlada por el grupo Bridas, que lidera Marcos Bulgheroni, se sume como inversor del proyecto en tierra de la petrolera bajo control estatal. Habrá que ver qué sucede con el resto.
Por el lado de PAE, aún no anunció donde estará emplazado su proyecto. Todo hacía pensar que el puerto de salida iba estar en las adyacencias al puerto de Bahía Blanca, pero la compañía aún está analizando técnicamente cuál es la mejor ubicación. Habrá que ver si la elección de Punta Colorada por parte de YPF influye en algo en esa decisión, admitieron fuentes privadas a este medio.
En cualquier caso, un esquema de asociación con el resto de las empresas productoras es condición necesaria para financiar un megaproyecto que excede largamente la capacidad crediticia de YPF. Un acuerdo entre cargadores (productores) es lo que se estila en el sector para solventar grandes proyectos de infraestructura de transporte y midstream de hidrocarburos. Por ejemplo, antes que el directorio de Oldelval aprobara el proyecto Duplicar Plus para ampliar su red de oleoductos, la compañía negoció con las principales petroleras cómo se iban a asignar los 50.000 m3 de capacidad de transporte adicional de crudo. Recién cuando se firmó ese contrato en diciembre de 2022 se logró destrabar la ingeniería financiera para garantizar los US$ 1100 millones necesarios para realizar la obra. Para materializar la construcción de una planta de licuefacción habrá que transitar una instancia similar, aunque mucho más compleja por la envergadura del proyecto.
Contrato con Petronas
YPF firmó con Petronas en septiembre de 2022 un Acuerdo de Estudio y Desarrollo Conjunto para avanzar con la construcción de la planta de GNL, el cual contemplaba el análisis integral de todo el proyecto de licuefacción, desde el upstream, los gasoductos e infraestructura, la producción de GNL y hasta la comercialización y logística internacional.
Ambas compañías firmaron luego una reserva con las autoridades del puerto de Bahía Blanca para la futura locación del proyecto, el cual obviamente ahora quedará sin efecto. En marzo de 2023 el entonces presidente de YPF, Pablo González y el presidente y CEO de Petronas, Tengku Muhammad Taufik, analizaron en el CeraWeek los pasos a seguir para el desarrollo del proyecto.
En ese momento, YPF informó a través de un comunicado que la inversión estimada era de 10.000 millones de dólares lo que permitiría producir hasta 5 millones de toneladas/año de GNL. Ahora bien, las compañías todavía no avanzaron en la firma del contrato vinculante definitivo qué gatille la inversión.
¿Cuánto dinero va a invertir YPF y cuánto Petronas? ¿Cómo se va a financiar esa inversión? ¿En qué plazos y a qué tasa de interés? Ninguno de esos puntos está cerrado aún y dependerá, fundamentalmente, del compromiso real de inversión que manifieste Petronas. Por el momento, la compañía malaya optó por mantener un bajísimo perfil. La negociación y el trabajo conjunto con YPF corre por cuenta de un pequeño grupo de directivos de Petronas que está emplazado en Buenos Aires y reporta directamente a Kuala Lumpur, pero que aún no se expresó públicamente sobre la factibilidad del proyecto.
Fuente: https://econojournal.com.ar/2024/07/gnl-interrogantes-ypf-petronas-punta-colorada-rio-negro/