Financiar en Vaca Muerta: el nuevo tablero
Un webinar organizado por Megsa volvió a colocar en primer plano un tema decisivo para el futuro del shale argentino: cómo se financian hoy los proyectos de Oil & Gas y quiénes están en condiciones reales de capturar las oportunidades que ofrece Vaca Muerta. El encuentro estuvo encabezado por Juan José Preciado, CEO de RICSA, quien trazó un diagnóstico crudo y estratégico sobre el flujo de capital que llega —y el que falta— para sostener el crecimiento de la cuenca.
Preciado abrió con una definición que marcó el tono del debate: “Vaca Muerta no es solo para los grandes. Es para los que sepan financiarse bien”. El mensaje no apuntó únicamente a las operadoras, sino a toda la cadena de valor: desde proveedores PyME hasta empresas de servicios que dependen del crédito para sostener operaciones en Neuquén y Río Negro.
El contexto productivo y macroeconómico —por primera vez en años— juega a favor. La Argentina exhibe producción récord de petróleo y gas, un superávit energético consolidado y costos operativos más previsibles gracias a la desaceleración inflacionaria. A esto se suma una agenda de infraestructura en plena ejecución, con nuevos oleoductos, ampliaciones de transporte y obras asociadas al despegue del GNL.
Sin embargo, el acceso al financiamiento continúa siendo el factor que define quién escala y quién queda rezagado. Según Preciado, el país vive “una ventana histórica” donde la disponibilidad de capital internacional y local podría transformarse en expansión sostenida… si la industria sabe cómo estructurarlo.
El webinar diferenció de manera categórica el financiamiento de grandes empresas respecto del universo PyME. Las big players del sector —YPF, PAE, Raízen, Pampa Energía— operan con instrumentos sofisticados como obligaciones negociables, emisiones de bonos corporativos, estructuras de project finance, fideicomisos financieros y esquemas off-balance que resguardan a la matriz corporativa.
Preciado destacó que el project finance volvió a ocupar un rol protagónico. Allí, el repago surge de los propios flujos del proyecto, los acreedores asumen riesgo limitado y los sponsors resguardan su balance. Casos como OTASA, Oldelval y el megaproyecto Vaca Muerta Sur operan bajo esta lógica, favorecidos por el RIGI, que otorga estabilidad fiscal y regulatoria a largo plazo.
El panorama es muy distinto para las PyMEs, que enfrentan restricciones de crédito que amenazan su participación en la expansión del shale. “Sin PyMEs no hay Vaca Muerta”, repitieron los expositores. Estas empresas, que representan el músculo operativo de la cuenca, necesitan herramientas de financiamiento ágiles y descontables.
En ese punto, el Mercado Argentino de Valores (MAV) aparece como una vía estratégica. Instrumentos como Cheques de Pago Diferido, Pagarés Bursátiles, ON PyME Garantizadas y Facturas de Crédito Electrónicas (FCE) actúan como oxígeno financiero para firmas que cobran a 60, 90 o 120 días de grandes operadoras.
La FCE merece un capítulo aparte. PAE, YPF, Pampa Energía y Raízen ya operan bajo este esquema, lo que permite a proveedores descontar facturas con tasas competitivas y garantías de SGRs. Para muchas empresas, esta herramienta marca la diferencia entre seguir operando o frenarse.
El RIGI —tema central del webinar— fue presentado como un punto de inflexión. Para Preciado, este régimen es “el marco que buscaban los fondos internacionales que empiezan a mirar otra vez a la Argentina energética”. Estabilidad fiscal, libre disponibilidad de exportaciones y reglas claras son atributos inusuales en la región, lo que reposiciona al país frente a capitales globales.
Otro eje relevante fue el rol de los organismos multilaterales. BID, CAF y bancos de desarrollo se perfilan como mitigadores de riesgo regulatorio y cambiario. No reemplazan al mercado, pero lo sostienen cuando los spreads se disparan o cuando las operadoras requieren fondeo mixto para infraestructura crítica.
El debate también abordó un sector emergente: los créditos de carbono. Aunque el marco local avanza más lento que el mercado internacional, varias compañías ya financian proyectos de reducción de emisiones mediante emisiones de certificados. En Vaca Muerta, esta agenda recién comienza, pero podría transformar futuros modelos de financiamiento.
El encuentro concluyó con una lectura contundente: la producción y el contexto macro dejaron de ser límites. El cuello de botella se trasladó al financiamiento. Quienes logren estructurar capital inteligente —y diversificado— serán los que lideren la próxima fase de expansión.

