Consumo de combustibles en descenso
El declive de la demanda golpea a las Estaciones de Servicio pero no afecta de igual manera a las compañías petroleras, que encuentran refugio en otros mercados.
La venta de naftas y gasoil en Estaciones de Servicio lleva un año consecutivo en descenso, una tendencia que impacta severamente en los expendedores, pero no afecta de igual manera a las compañías petroleras. ¿Por qué? La respuesta está en el entramado complejo del mercado hidrocarburífero, que incluye canales mayoristas, exportaciones y la estructura de precios locales frente a los internacionales.
Las petroleras integradas, que participan tanto en la producción como en la refinación y distribución, logran compensar las bajas en el segmento minorista con mayores volúmenes en el canal mayorista y, sobre todo, con exportaciones. Así, la caída del consumo interno no necesariamente les implica una pérdida neta, ya que logran redirigir sus productos a mercados con mayor rentabilidad.
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Daniel Montamat, exsecretario de Energía de la Nación, destaca esta dualidad: “Las compañías integradas pueden equilibrar pérdidas en el sector minorista con negocios aguas arriba o exportaciones. Las no integradas, en cambio, tienen una mayor dependencia del surtidor, lo que las hace más vulnerables a una retracción en la demanda local”.
La dependencia del consumo interno es precisamente lo que pone en jaque a las Estaciones de Servicio y las petroleras no integradas. Sin posibilidad de exportar, su rentabilidad está atada exclusivamente a los requerimientos del mercado, que está en caída debido a la reducción del poder adquisitivo y la desaceleración económica. En este contexto, las estaciones enfrentan no solo una baja en la venta de combustibles, sino también en los ingresos adicionales que generan en los shops y servicios anexos.
Cristian Folgar, exsubsecretario de Combustibles, agrega que el impacto para las petroleras dependerá de los precios internacionales de los combustibles y del crudo. Si el FOB (el valor sin costo del envío) de estos productos es favorable, incluso una caída del consumo interno puede traducirse en márgenes positivos gracias a las exportaciones. En cambio, las petroleras no integradas, que no cuentan con esta alternativa, quedan más expuestas a los vaivenes de la demanda.
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En este contexto, el sector minorista sigue siendo uno de los más golpeados por la crisis económica, mientras que las compañías integradas logran sortear el temporal gracias a su diversificación. “El desafío será encontrar un equilibrio que permita sostener la rentabilidad en todos los eslabones de la cadena hidrocarburífera”, puntualizó Folgar.