El productor argentino, líder en agroalimentos con mejor huella de carbono

Expoagro refleja la búsqueda de una producción más eficiente desde lo económico y -al mismo tiempo- lo ambiental.

Expoagro es imponente por tamaño, pero sobre todo por contenido. En las 50 hectáreas (50 manzanas) se apiñan más de 600 empresas, entre ellas las más importantes del mundo de la agrotecnología. Están las grandes marcas de equipos, insumos y servicios. Como es el caso de John Deere, la líder mundial en maquinaria agrícola, con un stand de 10 mil metros cuadrados cubiertos donde pusieron toda la carne en el asador. Un teatro, realidad virtual, parafernalia de pantallas, hasta una huerta “sustentable”.https://f465e72fe988a5fcc6baf27f76d5517f.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html

Es que el paradigma de la sostenibilidad atraviesa toda la muestra. Y quedó bien expuesto en el Tecnódromo, que lleva el nombre de Mario Bragachini, un técnico del INTA que cumplió un rol clave en la Segunda Revolución de las Pampas, la de la conquista tecnológica.

El Tecnódromo es un anfiteatro por el que desfilan las novedades seleccionadas por un grupo de expertos. Durante 45 minutos, otro técnico del INTA, Hernán Ferrari, explica las características de cada equipo. Todos nacionales. Dos gigantescos exponentes de la siembra directa (Agrometal y Crucianelli), pulverizadoras automotrices de gran ancho de labor, los cabezales maiceros que permiten cosechar en todas las direcciones, cualquiera sea la distancia entre hileras. El cabezal desgranador G-FAS de fibra de carbono, la pulverizadora robótica de la brasileña Jacto, también instalada en el país con una planta en Arrecifes. Los drones aplicadores de herbicidas e insecticidas que está introduciendo la cordobesa Akron, que no para de crecer aquí y en el mundo.

Ferrari remarcó el común denominador de esta tecnología: la búsqueda de una producción más eficiente desde el punto de vista económico. Y al mismo tiempo, amigable con el medio ambiente. Nadie produce alimentos con mejor huella de carbono que el agricultor argentino. Y lo hace así desde mucho antes de que surgiera la conciencia del cambio climático y el calentamiento global.

Sustentabilidad y huella de carbono van juntas. Ayer, se presentó un acuerdo entre tres empresas, que quieren facilitar la medición y certificación de la huella de carbono de cada productor. Entre Agrology (integrada por un grupo de productores líderes), la trader global Viterra (ex Glencore), y la plataforma Puma, celebraron un convenio que apunta a lograr un diferencial de precio para la producción con huella de carbono certificada. Hubo cola para entrar. En el stand de Bayer, otro gigante mundial, Daniel Aguzin (gerente comercial) remarcó la misma dirección. La idea se infiltra por todos lados. Por ejemplo, ir transitando del sistema de envases de agroquímicos actual, de bidones de 25 litros, a bins de 1000 litros retornables. Es un paso importante.

En la carpa de Puma, la petrolera de Trafigura, una de las más grandes del mundo (de origen holandés, hoy con sede en Singapur), nos cuenta de su acuerdo con la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Van a envasar el aceite lubricante en bidones tri-capa, donde la del medio será de polietileno reciclado en la planta de Cañada de Gómez de la cooperativa. ACA tiene un convenio para distribuir en el agro los combustibles de Puma, que cuenta con una refinería en Bahía Blanca y planta de aceites en La Plata.

Conviene recordar que ACA (que reúne a 50 mil productores) es una de las líderes en elaboración de etanol de maíz, desde su planta en Villa María. Allí se recupera el CO2 que surge de la fermentación del maíz. Ese gas carbónico se recupera en la misma planta y se envasa. Lo hace la compañía Chiantore, que antes producía CO2 quemando gas natural. No hay nada más elegante en esto de la economía 360. En la planta de Cañada de Gómez, además, se recicla el polietileno de los silobolsas que la misma ACA produce en General Pico (La Pampa). Y los envases de agroquímicos formulados por la misma central cooperativa.

En la muestra está, como siempre, la introductora y líder mundial de silobolsas (Ipesasilo). Más allá de la mala reputación del plástico, en los hechos este sistema de almacenaje flexible es también una forma de bajar la huella de carbono, evitando la construcción de silos y elevadores que no solo encarecen la logística, sino que son mucho más costosos en términos ambientales. Sobre todo, cuando existe la posibilidad del reciclado y segundo uso del scrap.

Otro gran tema presente es el de la biotecnología, cuyo aporte ambiental es fenomenal. Los eventos de tolerancia a herbicidas han facilitado la gestión de la siembra directa, el mayor cambio en la historia de la agricultura desde su nacimiento en el Neolítico. Los genes de tolerancia a insectos permitieron aumentar los rendimientos, estirar las fechas de siembra (antes, las siembras tardías de maíz eran carne de cañón para las orugas) y evitar el uso de insecticidas. Ahora, saca pecho la generación HB4 de Bioceres, con genes de tolerancia al stress hídrico. La semana pasada fue liberada la siembra en Brasil. Fue el stand más visitado de Expoagro.

Yomel, una de las grandes innovadoras, con sede en Nueve de Julio, no solo presentó equipos que mejoran la eficiencia en la conservación de forrajes (como la enfardadora que envuelve los rollos de pasto con film de polietileno stretch). La sorpresa es la foto aérea que muestra el techo de la gran fábrica recubierto de paneles solares. Argentina año verde.

Fuente: El productor argentino, líder en agroalimentos con mejor huella de carbono (clarin.com)