Uso del agua en Vaca Muerta: el impacto ambiental del fracking
Pedro Brisio, especialista del Colegio de Profesionales del Ambiente de Neuquén, alertó sobre el creciente consumo de agua en la industria no convencional y los desafíos que esto plantea para la gestión sustentable del recurso.
En un contexto de fuerte expansión de la actividad hidrocarburífera no convencional en la Cuenca Neuquina, el uso del agua se ha convertido en un punto clave del debate ambiental. En diálogo con este medio, Pedro Brisio, experto en temas medioambientales y miembro de la comisión directiva del Colegio de Profesionales del Ambiente de Neuquén (CPAN), analizó los principales retos que enfrenta la industria respecto al manejo del recurso hídrico.
Brisio señaló que el consumo de agua para fractura hidráulica ha aumentado de manera significativa en los últimos años, especialmente en zonas de alta actividad como Vaca Muerta. Cada pozo requiere, en promedio, 30.000 metros cúbicos de agua, extraída principalmente de los ríos Neuquén y Colorado. Este volumen representa un desafío no solo por la disponibilidad, sino también por la logística asociada: actualmente, se transporta mediante camiones o sistemas flexibles de transferencia, ambos con alto impacto ambiental y grandes emisiones de carbono.
Flowback: una oportunidad perdida
Uno de los aspectos más críticos mencionados por Brisio es el escaso nivel de reutilización del agua residual, conocida como flowback, que retorna a la superficie con altos niveles de salinidad, hidrocarburos y metales pesados. Más del 95% de este caudal es inyectado en pozos sumideros, a pesar de que existen tecnologías de tratamiento consolidadas para su reutilización.
“La provincia tiene normativa vigente, pero en la práctica la reutilización del flowback está muy por debajo de los estándares internacionales”, advirtió. En países como Estados Unidos y Canadá, se recicla hasta el 70% de estas aguas para otras fracturas u otros usos industriales. “En Argentina, aún no se han implementado esas soluciones a escala, y eso marca una deuda ambiental significativa”, añadió.
Riesgos asociados: calidad del agua y sismicidad inducida
Neuquén posee recursos hídricos de alta calidad, por lo que su preservación es una prioridad. Brisio también alertó sobre los riesgos asociados a la inyección de agua en pozos sumideros, una práctica que ha sido limitada en Estados Unidos debido a estudios que la vinculan con eventos sísmicos. “La experiencia internacional debe servir como advertencia para mejorar nuestra regulación local”, subrayó.
Gestión sostenible: un camino posible
Para el especialista, avanzar hacia una gestión sostenible del agua en la industria requiere un trabajo articulado entre el Estado, las operadoras y las empresas de servicios ambientales. Invertir en tecnologías de tratamiento y reciclado no solo contribuiría a reducir el impacto ambiental, sino que también resultaría económicamente viable a largo plazo, al considerar los altos costos actuales de transporte y disposición final del agua residual.
“La transición hacia prácticas más responsables es un camino pendiente, pero las condiciones están dadas para que Neuquén se convierta en referente en desarrollo sostenible dentro del sector energético”, concluyó Brisio.
Fuente: Vaca Muerta News